Existen principalmente dos tipos de ortodoncia y su diferencia radica en si se va a prevenir o corregir un problema óseo/dental.

La ortodoncia interceptiva ayuda a prevenir futuras malposiciones dentales o deformidades de la boca y cara, orientando el desarrollo dentofacial del niño. Por ejemplo, si un niño empieza a mostrar falta de espacio para sus piezas dentales superiores permanentes se le puede colocar un aparato que expanda su arco maxilar y le proporcione mayor espacio. Este tipo de ortodoncia puede iniciarse a partir de los 5 años de edad.

Por otro lado la ortodoncia correctiva alinea lo dientes, cierra espacios, corrige problemas de oclusión y de simetría dental. Esta es la que se conoce comúnmente como “frenillos”, se pueden colocar de metal o de zafiro y en promedio se puede optar por este tratamiento a partir de los 12 años, sin embargo depende de la valoración del profesional.

La valoración inicial del especialista en ortodoncia es fundamental ya que él por medio de su examen clínico y ayudado de las radiografías, fotografías y modelos de estudio va a determinar el tratamiento idóneo para cada paciente.

Si su niño presenta algunas de las siguientes características es necesario que consulte con un especialista en ortodoncia para una oportuna valoración.

• Si hay presencia de malos hábitos orales como chupeteo de dedo o succión.
• Si existe un desequilibrio en el tamaño de la mandíbula con respecto a la maxila.
• Si al topar los dientes superiores con los inferiores queda un espacio abierto en la parte anterior a lo que llamamos “mordida abierta”.
• Si el niño ha perdido piezas dentales antes de tiempo por caries, esto ocasiona pérdida de espacio para las piezas permanentes.
• Si el niño respira por la boca.
• Si presenta dientes apiñados o con falta de espacio.

La duración del tratamiento depende de la complejidad del caso y del tipo de afección. Se puede decir que en promedio la duración es de dos años.

• Los pacientes que tienen alguna mal posición dentaria y se realizan un tratamiento ortodóntico disminuyen la probabilidad de presentar enfermedad de las encías y caries dental ya que las piezas dentales que se encuentran apiñadas o malposicionadas acumulan más restos de comida y bacterias que las que se encuentran debidamente alineadas.
• Depende del caso se evitan desgastes de las piezas dentales ya que cuando se tocan entre ellas de manera inadecuada (maloclusión), se desgastan o fracturan de manera indefinida hasta que el problema sea corregido.
• Mejora la masticación, la respiración y el habla del paciente.
• Además el beneficio más notorio y por el que los pacientes acuden a consulta es una sonrisa más armoniosa y estética que a su vez se transforma en un paciente feliz y seguro de sí mismo.